Soldier ON/OFF

–Dile a mi esposa y a mis hijos que los amo — pidió el soldado moribundo

Lo miré, y un nudo se cerró en mi interior impidiéndome el habla. La visión de se cuerpo  destrozado, de sus entrañas cayendo por su vientre. Un despojo humano que de alguna manera seguía vivo, y había hecho una petición. Tragué saliva.

–Tu no tienes — le dije

El soldado murió.

Las mortificadas estrellas

Las mortificadas estrellas no se inmutan, en su cotidianeidad espacial no hay lugar a la comprensión o conciencia sobre su contraparte trágica humana. Orión no sabe que es Orión. Se habla entre explosiones y distendimientos entrópìcos, se trata con cometas y anti-materia. A Orión le importa medio quark ser Orión. Por abajo, por arriba, por todos lados y por ninguno, existe otra vida en otro contexto trágico, absurdo, inefable, inexistente. Cabalgan las nebulosas por caminos de estrellas, se funden galaxias, se dan amores y se arrebatan en agujeros negros y blancos, esos extremistas cósmicos. Y debajo de ello, en la tierra, el efímero punto azul, los pasares y los segundos, valen lo que vale la tierra, lo que valen los astros, los cúmulos, los vientos estelares. Todo y nada. Cuestión de subjetividad.

Pero todo se pierde, se aleja o se concentra. Entonces, cuando eso sucede, las mortificadas estrellas no se inmutan…

Josefa y su año bajo el sol.

La obviedad de su grito.

–¡Josefa! ¡Te van a atropellar!

Escuché claramente. El grito no fue lo que me hizo prestar atención a Josefa, mi atención ya estaba en ella. Porque es de las cosas que las ves, o más bien las hueles a kilómetros de distancia. A partir de entonces comienzas a actuar como si no la hubieras visto (olido). Desde hacía rato que ya estaba ahí parada, caminando en medio de la calle, en sentido contrario al de los coches. Y yo ya había pensado en que era posible que la fueran a dejar, como quien dice: cultivando cempazhuchil citadino. El grito del taquero solo me asentó la idea. Un motociclista se acercó mucho a ella, acelerando un poco, abriendo la boca en un gesto francamente repugnante.

–¡Oraaaa!—Grito a su oído y se alejó a todo gas.

Josefa dio un salto. Josefa siguió caminando. A Josefa la atropelló un carro.

¿Que coños quieres que te diga?

El tiempo no se alargó, el tiempo pasó como siempre. La simplicidad de ese evento lo hizo ver más rápido. Unas luces, que ni siquiera yo había visto. De pronto sonaron unos frenos, por una milésima de segundo. Un ruido seco apagó todo en ese lugar. Por un momento sin importancia, ese incidente congeló al universo. Fueron dos segundos antes de que el ruido volviera a invadir la calle con más fuerza. Ahí corría el taquero. Ahí se bajaba el conductor. Ahí iba uno que comía en la taquería. Ahí me acercaba también yo, como polilla a la vela.

Puedo ver la mirada del taquero. Creo que sé lo que representa. No sabe si siquiera armarla de pedo. Josefa era ese mueble viejo que tienes arrumbado en alguna parte de la casa, el conductor era ese compa que un día lo rompe por accidente. El taquero no sabía qué pensar. Yo tampoco, debo admitirlo, Josefa en mi vida era algo que me podía ahorrar. Suena de la verga, lo sé. Era prescindible, incluso hasta benéfica su omisión total, me podía faltar sin problema su peste nuclear, viviría mejor sin su ser malviajándome cuando llego pacheco a mi casa. La presencia de Josefa era ofensiva, su muerte también, pero ésta, de una manera suficiente para que cuatro personas se permitieran acercarse a la nube venenosa de la tal Josefa.

Ahí hubo una conspiración en silencio. Entre miradas. Primer veredicto: Que se large el conductor, yo no quiero puercos en mi colonia, los conductores no quieren cabrones del seguro jodiéndoles la existencia, y la razón de los puercos nuevamente.

El conductor del carro desapareció.

Segundo veredicto: el wey que está comiendo sus suaperros y se ha dado cuenta de que la pestilencia, el cadaver de la Josefa y ese bocado en el gaznate no se llevan. Que se vaya también.

El taquero se alejó, acariciaba el crucifijo que le colgaba del cuello, lentamente. Como si no hubiera visto nada. Solo pasó un pensamiento por mi cabeza: ¿Quién va a limpiar este desastre? ¿Hay alguna función para este peculiar evento? ¿Algo que decir? ¿A alguien le toca limpiarlo? Yo propongo al ciudadano. A uno católico que le de un entierro católico ya que eso del estado laico no más no se lo cree nadie. Simple as that. Al César lo que es del César, y a los chuyes que mame y mame con el Chuy, les toque por lo menos algo de labor hipócrita para las apariencias.

Ahí quedaba yo, el último de los morbosos. Curiosidad artística, lo juro. Tuve un momento de claridad. Supe, a quien le correspondía la responsabilidad.

Ni de puta madre me encargo yo. ¿Yo? Pacheco, y un espero ¿cadaver? Que huele de la verga. Yo me largo a mi casa antes de que alguien asuma que yo tengo algo que ver, bueno, algo de jedi en el bussiness. Tú sabe. La labor es de aquél que la note lo sucifiente, a la “morra” que olia feo, por lo menos para levantar su cadaver de media calle.

Puede ser que lo encuentre, pienso ahora en el éxtasis poético/mamón. Algo, no me atrevo a decir amor, pero como ya no me importan los pudores, diré AMOR. Nada más parecido al AMOR para Doña Josefa, un AMOR, que gracias a las maravillas que las mentes maquiavélicas y amorales pueden idear, se podrá mantener lo que se dice: Forever.

Puede que ese alguien en realidad no exista o jamás se encuentre con la velada difunta, pero si es así, espero que a él llege este consejo. Mi granito de arena.

Tiempo de la búsqueda idiótica del internet. Aquí hay una sección que le interesaría al conductor, pero se ha ido, ya lo investigará por su cuenta. No ha dejado los datos, claramente. Si está por ahí: mejor cambia de carro, por que eso del fantasma del vago, yo digo que no rifa.

No encuentro nada acerca de limpiar un cadáver embarrado de la calle. Pero si en algún lugar hay algún excéntrico maníaco, ésto podría interesarle (O, gracias a mis fabulosas ideas, el AMOR de Josefa).

Es un artículo sobre preguntas y respuestas acerca de la preparación de huesos de animales. Aquí hay toda una subdivisión para aquellos que son producto de accidentes en las carreteras. Creo que hay una subcultura de ello. “Casi cualquier ave grande, mamífero o reptil puede funcionar para ese proyecto” “Un esqueleto maduro funciona mejor para ello” “Los mamíferos marinos y las aves vienen con muchas regulaciones, que solo una agencia federal o un museo podría realizarlos” “Te puedes enfermar al hacer esto, por lo que es importante el uso de guantes” “Para limpiar el esqueleto es necesario consultar los manuales especializados en el tema” “La manera más fácil de blanquear los huesos es ponerlos un año bajo el sol” “Para blanquear los huesos artificialmente sumergirlos en 3% de peróxido de hidrógeno por tres días” “La manera más fácil de sacar los aceites del hueso es mantenerlos en una solución de 50% de amonio por una semana, después de esto pueden ser blanqueados.” “Un esqueleto puede tomar de 40 a 100 horas en articular.” Calculando el tamaño de Josefa con el de las tablas de precios, ella saldría en unos 100 dólares, 1,306 pesos en este momento. Esto no lo había visto, aquí habla sobre la articulación de seres humanos, dice que no es su especialidad, aun así proporciona datos. “Un catalizador especial es necesitado para hacerlo efectivamente” “Las articulaciones son tan blandas que requieren un proceso completamente diferente para el ensamblaje” Ya no escribe nada más al respecto. No suena tan complicado. ¿Voluntarios?

This means war…

– Sí Sr, Juárez, pero yo no veo el inconveniente.

– ¡No ve el inconveniente! – gritó el Sr. Juarez mientras saltaba de la silla – ¡En cualquier momento llegarán con sus legiones a sembrar terror y caos entre nuestra especie!

– Usted no puede estar hablando en serio – tomó nerviosamente el borde de la mesa y, sacando un naipe de cartas dijo – Yo no tolero la falta de seriedad… ¿Es esta tu carta?

 

– No podría hablar más enserio – Sr. Juárez tomó la carta sin ver, le dio una lengüetada y la pegó en su frente – se darán cuenta que el Sr. Flappy ha muerto, y después vendrán…

– Los patos

– Sí. ¿Soy del viejo o del nuevo mundo?

– ¿De que mierda habla Sr. Juárez? Con seriedad, ¡Esto no es un juego! – Tomó la carta de la frente del Sr. Juárez y la rompió, sacó otra de su bolsillo y se la dio – ¿Esta es tu carta?

– ¡Bingo! – gritó el Sr. Juárez – No soy de ningún mundo

– Usted vino porque tenía algo importante que decir, vaya al grano… Tengo dos preguntas importantes que hacerle: ¿Qué tenía ese pato…

–Sr. Flappy

–… el Sr. Flappy de especial? Todo el tiempo se asesinan patos, yo comí cantidad la semana pasada… – hizo una pausa y continuó la otra interrogante – ¿Y ésta es tu carta?

El Sr. Juárez apenas podía ver con dos naipes pegados en su frente, se sentía molesto por la duda del general… y por su falta de cooperación en decirle quien era.

–¿Viajo en nave con combustible nuclear?

– SERIEDAD SEÑOR JUÁREZ

Estuvieron mirándose largo tiempo, el Sr. Juárez continúo:

– Yo tengo una pregunta general… el pato

– Los patos

– Los patos… ¿Fueron a la naranja?

– No importa como lo haya comido – detrás de la oreja del Sr. Juárez, el general sacó aún OTRA carta – ¿Y ésta?

– ¡Fue, o no fue a la naranja!

– ¡ES ESTA TU CARTA!

– ¡General!

El general hizo una pausa, se tomó las sienes. Como quien ha cometido una gran error contestó:

–Sí

– Esa es la razón por la cual no hubo problema. Verá, esta historia es más vieja que cualquier civilización humana o roedora, es sobre un pacto entre humanos y patos, de sangre, jugo y plumas, en el que los patos prometieron no destruir al ser humano mientra honraran sus tradiciones: El hombre puede comer pato mientras éste sea cocinado a la naranja.

– ¿Qué?

– Los patos tienen como dios principal al Conde Cith-Rick-Oh, para ellos, es un honor ser cocinados en compañía de alguno de los hijos del Conde.

– En ese caso es todo culpa suya Sr. Juárez, por no cocinarlo a la naranja – Ya todos saben lo que hizo el general a continuación – ¿Es esta tu carta?

– ¡Porque no había naranjas!

– Tampoco es mi problema que usted no haya ido a comprar naranjas Sr. Juárez

– La semana pasada las usó todas un su banquete general

– Oh si… – suspiró el general – Pero sigue siendo su culpa Sr. Juárez ¿porque estrangular a un pato si no tiene naranjas para cocinarlo?

–¡Ofendió a mi mujer!

–Usted no tiene mujer Sr. Juárez, aquí todos son hombres

–¡Blasfemia!

–¡Tranquilícese Sr. Juárez! ¡Es esta su carta!

– Estrangulé al Sr. Flappy por menos…

Cegado tanto por la furia como por los naipes (que por alguna razón no dejaba de lamer y pegar a su frente), el Sr. Juárez hubiera sin lugar a duda acabado con el general como acabo con el Sr. Flappy, si en el momento no hubiera entrado un soldado gritando:

– ¡No hay esperanza! ¡Las naranjas lo han invadido todo! ¡No hay a donde correr!

– Eso es ridículo – exclamó el Sr. Juárez – Las naranjas son solo frutas…

– ¿Cuál ha sido la causa? Preguntó el general mientras abría un nuevo mazo de naipes

– Dicen que han tenido suficiente con la masacre de su pueblo a manos del hambre de los humanos y el fanatismo religioso de los patos, que lo de la semana pasada fue ridículo

– ¿Desde cuando es un crimen comer pato a la naranja? – Exclamó el general desesperado

A lo lejos, millones de graznidos de guerra… pagarían por el Sr. Flappy

Continuación al encuentro doscerodoscerodosdos

Y es que me fascina su renuencia, su manera de hacerme feliz y miserable. De decir un Sí, sin el Sí. De decir que no. De hablar de otras ocasiones, de memorias distantes, de prometedoras epifanías. Esa facilidad que tiene de generar ilusiones, de dar falsas oportunidades. De calentar tanto con esa sonrisa.

 

Frostbite.

 

Apareces cual espíritu entre aquellos desafortunados moradores del desierto. Y llamas con el potencial de esos ojos rasgados, semi-abiertos, aún ocultos. Y hielo con la capacidad de generar atracciones cálidas y mortales. La atracción que siento irremediable, atenazada, placentera.

 

Parada ahí, con la cabeza baja, ahí. Evadiendo mi mirada, esta mujer inalcanzable no sabe algo que yo sí, desconoce mi secreto más oscuro, más avergonzante. Mientras ella huye, mientras ella sonríe con desdén y apatía, mi trabajo es el de un escultor. Yo tomo los tiempos, sus apariciones espontaneas son cantos de gallo para mi cincel.

Y observo, y me fascino, y espero…

Y ella no lo sabe, no conoce este hobby del que yo cuento, no sabe nada de estas letras, no sabe que lentamente, su perfil se endurece y blanquea, su postura se vuelve permanente, en sus ojos y su boca, con cuidado, doy los últimos detalles.

 

Los últimos golpes, con cuidado…

 

Ya eres idea y no lo sabías.

 

Ya eres eterna y tú sin enterar.

 

Ya existes para siempre en las marcas rojas de ese Frostbite producto de tú sonrisa en el vacío, en ese otro frio.

 

Ya existes entre mujeres pristinas. Y como ellas, eres nada más que un bloque de mármol, tallado con dedicación, imaginado todos los días, creado sin remedio ni esperanza…

 

Creada tú, toda tú, en el blanco de esta hoja, en el frio de este mármol.

 

En memoria de ti. De la que fuiste, de la que no sabe de su otro yo, de esa mujer tan lejana. De esa mujer tan ADIOS.

Ejercicios cósmicos

Y entonces pienso…

¿Qué es toda esta tragedia? Aquí, ahora, sin prospectos… con la infinidad frente a nosotros, con esa atracción y repulsión AL FINAL, que puede o no llegar…. Las huellas humanas en la tierra, esos billones de trayectos se han conjugado en lo que recorremos ahora.

 

En estas huellas.

 

En estas ruinas.

 

Lo que te hayan dicho es mentira…

 

Nunca le creas al demonio.

 

Y entonces pienso…

¿Cual es el tamaño de la tragedia? Pero yo sé le respuesta a esa pregunta. La respuesta es la nada, y temo pisar ese camino. Nada. En proporciones cósmicas, incomprensibles, inconmensurables, en ese campo negro tan lleno y tan solo. El tamaño de nuestra tragedia es risible…

 

Sus resultados son irrelevantes.

 

Un desperdicio de una matemática del azar y la imperfección.

 

Y una sola regla.

 

La regla del caos.

 

 

Y entonces pienso…

¿Qué importancia hay con la tragedia? La que nosotros, los personajes, por nuestra hybris, hemos decidido adoptar. Aceptar el papel central de las conspiraciones del cosmos, el destino, el hado, el libro de rezos. Pero ese cosmos está humanizado.

 

No existe

 

Nunca le creas al demonio, en especial si te dice que no lo hagas.

 

Es mentira

 

Y entonces pienso…

¿Es verdadera la tragedia? La verdad no existe y la realidad nos destruiría mentalmente. El equilibrio no reside en la razón, en el orden, en creer en la verdad. El equilibrio reside en perderlo…

 

Por completo.

 

La tragedia reside en mantener la cordura en un papel.

 

Un personaje.

 

Una farsa.

 

Y entonces dejo de pensar por el puto dolor que me invade las fibras humanas.

Memo a Los Reyes Magos

7 de enero del 2013

A los Señores Reyes Magos:

Después de muchos intentos infructuosos para localizarlos, muy a nuestro pesar, los ejecutivos han decidido emprender comunicaciones por medio de este método y hacerles saber de las razones de nuestra carta. Debemos señalar que este modo de contacto es encontrado tanto por el jefe, como por la junta directiva, como uno decepcionante, primitivo, complicado y poco práctico.

Como pueden notar, nos encontramos muy decepcionados por su desempeño, que ha sido deplorable. Estos son otros tiempos, y no podemos permitirnos las problemáticas y limitantes de hace dos mil años, esto perjudicaría los números que tanto intentamos salvar. El jefe ha visto sus acciones y declara que son insuficientes. Hemos decidido despedirlos. Después de la decisión unilateral de la junta directiva, el jefe ha mandado una carta autorizando el final de la relación laboral entre ustedes y la compañía. Ya no podemos permitirnos su falta de profesionalidad e inmadurez, así como renuencia a utilizar los métodos de la modernidad para agilizar y hacer más eficiente la insignificante tarea a su cargo.

Su imagen desprestigia a la compañía, y no tiene cabida en nuestra organización hipermoderna. Sus métodos decrecen considerablemente el valor de las estadísticas I.P.X. y E.M.J. No podemos darnos el lujo de la baja en estos números.

Desde este momento en adelante, su imagen es material intelectual de la compañía. Como indica en el contrato que han firmado. Ya no les pertenece. Se les desalojará de sus instalaciones en un periodo de tres días para transportarlos al centro de albergue para entidades religiosas no lucrativas. Lamentamos este repentino cambio en su modo de vida, pero era necesario para asegurar la salud financiera de la compañía.

Atte: La junta directiva

Run to the Hills (de jils ese!) feat. Beto Var

Es ridículo, porque la palabra «América» viene de Europa. Era Américo Vespusio, eminente cartógrafo. Un día se le prendió la moyera, en un sentido metamente merafórico, y ¡pum!, las indias, el Nuevo Mundo, un contorno sobre pape de tintas bautizadas cristiana y católicamente como América. 

Cabe pensar en la actualidad que desde un principio el gentilicio: «americano» fue pensado como un insulto. No es sorpresa la increíblemente bella melodía que tienen estas dos palabras: cerdo americano… cerdo, cerdito, surca el cielo, paráfrasis del éxito en el infierno. Arden sus músculos y carnes y cerdientes enrucos de lomo o pierna y shawarma, yum yum, ricos tacos al pastor, como Cristo árabe, penetrando con su luz y amor el vientre del rebaño que le ha tocado guiar.

Porque está cagado el asunto del canibalismo a niveles divinos: comer y beber a Cristo ¿Defecar a Cristo? Procesarlo con tu intestino. Vale vale. Con toda su cerdeza posible, tenía que ser americano. Un Cristo de Iztapalapa, algo cercano a la gente, a sus caricias y miradas morbosas, a sus lecturas masturbaciones futuras celosas, Krishna, Shakti, Ganesh, la furia de Shiva ordenando sacrificios en un xenote. Tábanos, mosquitos, abejas, avispas y moscas combinadas. Xibalba.

¡A Xibalba! El hecho de que no tengamos grandes cuerpos de agua por estos rumbos lo complica bastante. Mejor funcionarán las colinas, que de esas tenemos muchas. Hay que correr antes de que nos  crucifiquen por herejes, valga la ironía.

Moloch I love you (Interprétese como un: Amo la risa)

El no-viajero

Por fin terminó la máquina. El viaje en el tiempo era posible. Antes de pasar por el portal, un hombre salió de él.

-¿Eres del futuro?

-No, del pasado.

-¿Entonces no soy el primero?

-Sí, si lo eres- el hombre pretérito acuchillo al científico hasta que dejo de moverse, tomó los planos y escapó al pasado.

Mr. Happiness

-¿En que lo puedo ayudar?

-Señorita, tengo problemas para ser feliz

-Tendrá que hacer cita, para hacer cita, necesita tomar un turno

Con su turno en la mano se sentó en un largo pasillo con innumerables sillas.

-No desespere- dijo la recepcionista. Si su turno tarda mucho, puede usted comer y dormir aquí, incluso trabajar, así conseguí este puesto.

-¿Qué?¿Y la cita con ser feliz?

-No se conflictúe, a todos nos pasa, ser feliz está siempre muy ocupado

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